Blanca Fernández Ochoa, vida y muerte en la montaña
Al final se confirmaron los peores temores. Este jueves 4 de septiembre un agente de la Guardia Civil ha hallado el cuerpo sin vida de Blanca Fernández Ochoa en la zona de La Peñota después de una intensa búsqueda en la Sierra de Guadarrama y once días después de su desaparición.
Blanca Fernández Ochoa se destapó como una de las primeras deportistas femeninas en copar portadas con su medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, en 1992. Proveniente de una familia dedicada en cuerpo y alma al desarrollo de sus hijos en el esquí profesional, la hermana del legendario Paquito volvió a escribir el apellido Fernández-Ochoa en la historia del esquí español veinte años después de la gesta de su hermano en Sapporo.
Sin embargo, entre la conquista del bronce en Francia y el rescate de su cadáver en Cercedilla hubo varios episodios importantes que repasar en la vida de Blanca Fernández Ochoa. El último de ellos, previo al conocimiento de su muerte, fue un mensaje de la policía que alertó de su falta. «Blanca Fernández Ochoa ha desaparecido en Aravaca. Vista por última vez el 23/08/19, viaja en Mercedes clase A de color negro, 0213CKD. El coche lleva una camiseta con la bandera de Canadá en asiento conductor. Si tienes información», compartieron con la esperanza de encontrar en la ayuda ciudadana la solución a la desaparición de Blanca.
Una búsqueda a la desesperada
Enviada a Vielha con sólo 11 años para perfeccionarse en el deporte del que acabaría siendo una estrella mundial, el diagnóstico de bipolaridad de Blanca Fernández Ochoa vino acompañado de una infancia «dura», como reconoció ella misma en una entrevista, en la que la lejanía de su familia le afectó a la vez que desarrollaba unas cualidades espectaculares en el slalom.
La vida personal de Blanca Fernández Ochoa tampoco tuvo la estabilidad deseada. Casada primero con el que fuera su entrenador en el equipo español de esquí, Daniele Fioretto, su divorcio desembocó en una nueva relación con David Fresneda, con el que también acabó separada a pesar del nacimiento de sus dos hijos, Olivia y David, que colaboraron activamente en su búsqueda en la sierra madrileña.
Las participaciones de Blanca Fernández Ochoa en varios reality shows la devolvieron a la primera línea mediática en los últimos años, en los que vivía en casa de su hermana en Aravaca después de haber vendido su casa. El senderismo era una de las aficiones que practicaba con asiduidad, para encontrarse con sí misma en los terrenos en los que creció. La última de sus escapadas supuso, a la postre, el fin de la vida de una pionera en el esquí femenino y que será recordada por una gesta que asombró a los aficionados al deporte en España. Descanse en paz, Blanca Fernández Ochoa.
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